jueves, 13 de agosto de 2009

Ornitorrinco.

O lo que es lo mismo: fin de semana con los emerges en otro doblete divertido.

El viernes 7 en Gruta 77 (777777777), dentro del Undergranizado, con Los Caballos de Düseldorf (no sé dónde va la diéresis y estoy de vacaciones), GN3 y Endermusica. Debido a que carecíamos de la furgo habitual tardamos más de la cuenta en montar el tetris y llegamos tarde -¡Disculpad!- y además, llevábamos la batería... qué desastre.
Muchísimas gracias a Ricardo y Fer, sois unos soles brillantes en el horizonte del underground madrileño. La sala molaba, las bandas molaban, el técnico molaba, el catering que os marcásteis molaba... ¡y vosotros los que más molabais!
Debido a que un reputado técnico de la capital no consiguió tener mi cabezal a tiempo -¡agh!- Esteban me prestó su 800 -¡muchísimas gracias, crack!-. Y no veas, una bestia incontenible... Me llevo la enseñanza de que con cualquier cabezal a válvulas -si puede ser, low gain y pocos vatios- y 4x12 -a ser posible, con vintage 30- puedo tocar a gusto, siempre que pueda llevar mis guitarras y pedales.
Personalmente me quedé muy satisfecho, y en general, creo que los emergeranios también. Curioso que estando para empezar había como 12 personas contando a los organizadores y trabajadores de la sala y según empezamos ya se veía buena entrada -al final unas 60 personas, que para un 7 de agosto en Madrid me parece un exitazo-.
Los Caballos ruidearon -quizá molaría que en lugar de proyecciones abstractas instalasen una cámara a través de la que reflejar en la pantalla los juguetitos sobre la mesa de operaciones y sus manipulaciones, creo que lo haría más vistoso y divertido para el espectador-. Con la duda de si estábamos ante experimentación o revivalismo nos quedamos. De lo mejor: la manzana.
Con GN3 me lo pasé como un niño. Sí, son muy divertidos y muy freaks, pero hombre, tocan de la virgen, y tienen mucha gracia. Una velada inolvidable con el Amante araña, Yoda, Darh Vader y alguno más, todos juntos de veraneo en Sebastopol.
Endermusica demostró que la electrónica etérea también puede tocar suelo y hacerse orgánica. Bucles interesantísimos telecaster en ristre y atmósferas logradas para un gran fin de fiesta.
Luego al Wurli o, como había mucha cola, a otro que no me acuerdo.

Y el sábado a El Rancho, en El Picazo, Cuenca.
Ahí también llegamos tarde -si es que...-, porque resulta que había que llevar la furgo a cambio de aceite y no sé qué más -la furgo era prestada, ¡muchísimas gracias a los jefes de Manolo!-, y no la entregaron hasta las 17:30 h. Que sí, que estamos en agosto y no hay nadie en Madrid, pero por lo que se ve, la poca gente que quedaba decidió reunirse en el Aurgi...
Afortunadamente, Cuenca está ahí al lado, y en algo más de 2 horas estábamos en El Picazo. Nos bajamos de la furgo apurados para descargar -eran las 21 y habíamos quedado a las 20- pero el crack de David, el organizador del evento -¡muchísimas gracias!- nos quitó las prisas invitándonos a unas cervezas antes de descargar. Cómo no...
Total, que a las 22 descargamos, a las 23 empezamos a probar que todo funcionase, a las 00 y pico a cenar y el concierto empezó a eso de la 1:30. Qué bonitas las madrugadas... Y más en una terraza tocando a cielo abierto. Grandes momentos, bis obligado -y repitiendo la cuarta, porque es que no hay más- y supercontentos a dormir hora y media que hay que entregar la furgo a las 10 de la mañana y claro, vacía. Así que el 40 % de la banda nos fuimos a dormir esa hora y media que nos permitiría turnarnos para conducir de vuelta a Madrid mientras el otro 60 sólo pisaba el hotel para una duchita rápida y un desayuno picaziano -luego, claro, a dormir en la furgo-.
Muchísimas gracias a David, Dani y Carlos por una noche espléndida y por seguir apostando por hacer cosas en los pueblos. Mola.

Os dejo con la que fue la canción del fin de semana: