Ilusiones y desilusiones, esperanzas y desesperanzas, todo y nada, en quince minutos escasos.
En esta ocasión es de teatro. Musical. Comedia. Una compañía potente.
El ganado pasa en grupos de a diez, pero siempre falta gente, así que al final los grupos son de siete, o seis, o según. Cada media hora. No, espere, usted va con el siguiente grupo, tenga su número, pégueselo en un lugar visible. El ganado. La gente es variada, las personas que componen la gente, digo. Algunos tararean, algunas explican azoradas que vienen de esta guisa porque no han podido pasar por casa tras el trabajo. Yo, como siempre, no hablo; quizá, como en ocasiones, se malinterprete, de la misma forma que yo malinterpreto comportamientos y actitudes ajenas.
Entramos, unas cosillas –apenas dos- en grupo, para “distender”, y luego, de uno en uno, por orden. Como ganado. Y ya. De este grupo nadie se queda. Pues vale.
Y ahora uno debe salir y seguir con su vida.