viernes, 29 de junio de 2007

End of All + Black Panda.

La noche de San Juan se presentaba peleona, y los preliminares debían estar a la altura. La cita era a las 20 horas, horario desacostumbrado para estos eventos juveniles, aunque a la postre acabaría resultando sumamente reconfortante llegar al techo paterno a compartir una cena familiar con el corazón y el intelecto saciados de furia punkcore.


Black Panda, los Motorhead de Labañou.

End of All, desde Suecia con hardcore.

Abrieron Black Panda, los Motorhead de Labañou, según palabras del organizador local de la velada, el siempre locuaz e inquieto Villakampa. Punkrock furioso de tintes speed y braserío metálico, con dos voces grind chillonas y ululantes que intercambiaban fugaces exabruptos apasionados. Muy buenos, sí, señor. Vinilo extendido con sello valenciano, gran sonido y buena ejecución. Efectividad y firmeza. Lemmy estaría orgulloso.
End of All llegaban de Suecia y pasaron su apisonadora de gran tonelaje por encima por debajo y a través de los presentes. Hard core. Y punto. Metálico, agresivo, oscuro, intenso.
Gran noche.


El Villakampa rules.

La noche se mueve.

miércoles, 20 de junio de 2007

Familia Crowley presenta...

Este es el pistoletazo de salida de los cuatro sketches que nos presentan estos enfermizos comediantes bajo el epígrafe global de “Me casé con un vampiro”. Cutro situaciones extraídas de la vida cotidiana de un inmortal portador del kaborka y su sufrida esposa, una mortal que acepta el reto marital con el monstruo a cambio de una vida plagada de aventuras, aunque terminará descubriendo que aventuras, las justas, y no del calibre o con el final deseado. Pues eso...

Desternillante y punzante por igual, los mejores momentos son, como casi siempre con los textos del Señor López, aquellos de brutalidad suprema, de irrespetuoso bufoneo sin excepciones ni moderaciones. Funcionan a la perfección las coreografías físicas y los slapsticks repetitivos que dotan de identidad a los personajes, un trabajo de actores excelente –ambos están enormes-, y unos números musicales impagables. Sí, son amigos, pero han hecho un gran trabajo. ¡Noraboa, rapaces!

martes, 19 de junio de 2007

Recorte de prensa: Estados Unidos y sus decisiones judiciales.

Inquietante recorte extraído de yahoo noticias. Creo sobra cualquier comentario. Aquí va:
WASHINGTON (AFP) - Para luchar contra el crimen, políticos locales y nacionales compiten en proponer mano dura, multiplicando las penas mínimas en casos de narcotráfico, agresión a niños, reincidencia o amenaza a las buenas costumbres, incluso corriendo el riesgo de caer en sonoros excesos.
El 11 de junio, el matrimonio formado Elisa Kelly y George Robinson comenzaron a purgar en una prisión del Estado de Virginia la pena de dos años y tres meses de cárcel por haber servido cerveza y vino durante el cumpleaños de su hijo Ryan, de 16 años.
Temiendo que los jóvenes bebieran a escondidas, prefirieron comprar ellos mismos las bebidas y supervisar la fiesta. La policía intervino. A los 16 años, en Virginia se puede conducir, votar y comprar un arma; a los 18, alistarse en el Ejército. Pero no beber alcohol antes de los 21 años.
En el sureño Estado de Georgia, el joven de 21 años Genarlow Wilson cumple desde 2005 una pena de diez años de cárcel por agresión sexual infantil. Cuando tenía 17, aceptó que una compañera de instituto de 15 le hiciera una felación durante una animada fiesta. Un juez ordenó su liberación el pasado día 11, pero el fiscal apeló: en Georgia, diez años de cárcel es la pena mínima para este tipo de agresiones.
Existe una excepción, llamada de 'Romeo y Julieta', si las relaciones entre adolescentes son consentidas... pero la felación no está incluida. El Tribunal Supremo de Georgia estudiará el caso en octubre próximo. Las penas mínimas también afectan a los narcotraficantes, sin importar las circunstancias: en Florida, Richard Paey, en silla de ruedas tras un accidente de tráfico, fue condenado a 25 años de prisión en 2004 por haber falsificado las órdenes médicas para comprar los calmantes que su doctor le había recetado.
Aunque en la cárcel, gracias a una bomba de morfina perfectamente legal, Paey recibe dosis de calmantes mayores por las que fue condenado, le confirmaron la pena el pasado diciembre. En los años 90, varios Estados llenaron sus prisiones con leyes tituladas 'Tres strikes y eliminado', inspiradas en las reglas del béisbol y que fijan fuertes penas para los reincidentes.
En noviembre de 1995, en California, Leandro Andrade robó videocasetes para sus hijos ('Blancanieves', 'Cenicienta' y 'Liberad a Willy') por un valor total de 150 dólares. Como ya había sido condenado por varios robos en 1983, recibió 50 años de cárcel.
El Tribunal Supremo de EEUU reafirmó la condena en 2003, considerando que la pena no era excesiva. Al año siguiente, los californianos rechazaron en referéndum una propuesta de que las leyes de los 'Tres strikes' sólo se apliquen en delitos con violencia. Los últimos datos del Departamento de Justicia de EEUU indican que había 2,19 millones de detenidos en todo el país a finales de 2005, lo que equivale a uno de cada 136 habitantes.

viernes, 8 de junio de 2007

Hippies del XXI.


La antigua Arena –ahora propiedad de un importante grupo fermentador de cebada- acoge el segundo advenimiento de Standstill a Madrid del 2007, y estamos en junio. La sala está llena, y es ésta una sala grande -¿600...?-. Por comentario posterior del vocalista entiendo ha habido teloneros, aunque parece que pocos se han enterado. Yo estoy ya mayor, e intento acudir a este tipo de eventos justo en tiempo de que los cabezas del cartel asomen la susodicha.
Hay un antes y un después claramente delimitados en la trayectoria de la banda barcelonesa: el antes en inglés, en emo-post-algo, prescindible para mí, ya que desde El Paso –Texas- nos llegaban los estertores de los originales –the real thing, que dirían los gringos-; y un después maravilloso que arrancó con el paso de un gigante valiente que se lanza en busca de su propia voz, de su propia identidad, pasando al castellano, lo que hace que empiecen a escribir. El setlist y la respuesta del público indica:
a) la banda lo tiene claro, basa el grueso de su recital –esto es, todas las canciones previas al bis- en sus dos últimos discos, en el ahora
b) esta es la etapa que la gente ha venido a escuchar, en especial esa obra maestra que es “Vivalaguerra”, canto magno del pop psicodélico atemporal a la pet sounds, por decir algo, por ubicar de alguna manera algo que de personal y propio es ya insustituible e incomparable –¡toma!-
Las barbas, los pelos, las maneras... Lástima de sonido. ¿Por qué en una sala como esta no se puede sonar bien? La banda está a la altura, mucho tiempo para llegar aquí, y se nota que saben lo que se traen entre manos.
En el bis, una breve tregua para reconciliarse con tiempos pasados que no volverán, pero se reservan otro as en castellano para el final. Insisto, saben lo que se traen entre manos.
Standstill van camino de grandes. Veremos qué pasa cuando publiquen nuevo disco. Al tiempo.

Casting.

Ilusiones y desilusiones, esperanzas y desesperanzas, todo y nada, en quince minutos escasos.
En esta ocasión es de teatro. Musical. Comedia. Una compañía potente.
El ganado pasa en grupos de a diez, pero siempre falta gente, así que al final los grupos son de siete, o seis, o según. Cada media hora. No, espere, usted va con el siguiente grupo, tenga su número, pégueselo en un lugar visible. El ganado. La gente es variada, las personas que componen la gente, digo. Algunos tararean, algunas explican azoradas que vienen de esta guisa porque no han podido pasar por casa tras el trabajo. Yo, como siempre, no hablo; quizá, como en ocasiones, se malinterprete, de la misma forma que yo malinterpreto comportamientos y actitudes ajenas.
Entramos, unas cosillas –apenas dos- en grupo, para “distender”, y luego, de uno en uno, por orden. Como ganado. Y ya. De este grupo nadie se queda. Pues vale.
Y ahora uno debe salir y seguir con su vida.