miércoles, 20 de junio de 2007

Familia Crowley presenta...

Este es el pistoletazo de salida de los cuatro sketches que nos presentan estos enfermizos comediantes bajo el epígrafe global de “Me casé con un vampiro”. Cutro situaciones extraídas de la vida cotidiana de un inmortal portador del kaborka y su sufrida esposa, una mortal que acepta el reto marital con el monstruo a cambio de una vida plagada de aventuras, aunque terminará descubriendo que aventuras, las justas, y no del calibre o con el final deseado. Pues eso...

Desternillante y punzante por igual, los mejores momentos son, como casi siempre con los textos del Señor López, aquellos de brutalidad suprema, de irrespetuoso bufoneo sin excepciones ni moderaciones. Funcionan a la perfección las coreografías físicas y los slapsticks repetitivos que dotan de identidad a los personajes, un trabajo de actores excelente –ambos están enormes-, y unos números musicales impagables. Sí, son amigos, pero han hecho un gran trabajo. ¡Noraboa, rapaces!

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